Me ahoga el falso sosiego
de los días sin verte,
frío recuerdo inerte
por el que siempre navego.
Absurdo viaje la vida,
cuando presientes la muerte
escarchando el presente
sin más razón, sin salida.
Ahora que tu nombre no existe,
las flores hoy cubren tu pelo,
crecen en el pecho raíces
que hilvanan en mi cuerpo hielo.
Adiós, mi verdad, mi fracaso,
tus manos hoy serán mi guía.
Ya llega tu paz, nuestro ocaso,
Adiós a tu voz y a mi vida.