Un barco de papel a la deriva, sin rumbo fijo, sin timón,
sin remos. Sin salvavidas.
Siento que cuando sople el viento desapareceré y
desaparecerá conmigo todo lo que creí cierto. Y el agua se filtrará por los
recodos de mi cuerpo, corriendo por mis venas, echándole un pulso a los
despojos de vida que en mí queden.
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